miércoles, 26 de septiembre de 2012

Gastronomía en las nubes: Vinos

Hoy estrenamos nuestra sección Gastronomía en las nubes, en la que hablaremos de todo lo relacionado con las aerolíneas y su oferta gastronómica.
Y para comenzar hemos elegido un tema muy interesante: los vinos. Quizás nunca os hayais parado a pensar en ello, pero la altitud influye significativamente a la hora de saborear los caldos.

Las compañías aéreas se han visto obligadas en estos últimos años a recortar costes para hacer frente a la caída de la demanda y la subida del precio de los combustibles, pero uno de los apartados que no han tocado ha sido su presupuesto para los vinos disponibles a bordo.

Pero esta es una situación un tanto peculiar, ya que a gran altitud, las papilas gustativas de los humanos cambian su percepción, complicando notablemente el trabajo de los somellier de estas compañías.
No obstante, las empresas aéreas son conscientes de estos cambios, tal como demuestra este vídeo promocional de British Airways.



Profundizando algo más en el tema, lo que cambia con la altitud no es el producto, sino la forma en que lo percibimos. De esta manera, notaremos menos los sabores de la fruta y más los toque ácidos del vino tinto.

Aunque parezca ridículo, os podemos decir que algunos de los mejores Burdeos del mundo no tienen un sabor precisamente "bueno" en los aviones.
Ciertos vinos dulces de Chile o California que son afrutados pero más suaves de beber resultan mucho más agradables en los aviones que un Cabermet Sauvignon de renombre.

Otros aspectos fisiológicos que también pueden influir en la percepción del sabor son la deshidratación causada por el viaje o la tensión de algunos pasajeros por el miedo a volar.

El hecho de que muchos vinos conocidos no sean apropiados para volar abre las puertas de la fama a productores no tan conocidos que pueden ver sus caldos incluidos en las cartas de Primera o Business de algunas compañías, lo cual es sin duda alguna un escaparate de lujo para sus viñedos.

Estos productores pueden beneficiarse del hecho de que muchas compañías componen sus bodegas exclusivamente con vinos de su país para enseñarlos por todo el mundo.
Por ejemplo, la compañía Qantas invierte anualmente 25 millones de dólares en la industria vinícola australiana. Y parece que sus esfuerzos han dado resultado, ya que ha sido la gran triunfadora de los Cellar In The Sky Awards de este año.

En definitiva, la guerra de los vinos entre países se está traslando poco a poco a los cielos... ¡Para disfrute de los Jornaleros más viajeros!

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